Cuando escuchamos hablar de marketing pensamos en ventas. Pero el marketing no es solo vender sino, sobre todo que nos vuelvan a comprar una y otra vez. Lo mismo también podemos aplicar al marketing político. No se trata de que nuestro partido o candidato gane una elección, sino que pueda ser reelegido.
Lamentablemente los niveles de reelección en nuestro país son muy bajos lo que demuestra que no tenemos mercadólogos sino mercaderes de la política. Cambiar esta situación demanda utilizar la ciencia del marketing en la política electoral y esto exige tomar en cuenta dos elementos claves para el desarrollo de una estrategia sostenible en el tiempo:
1) Un buen producto.
2) Conocimiento de nuestro público objetivo.
En primer lugar, necesitamos un buen candidato con un partido organizado. Esto no es fácil de conseguir, pero tenemos que asegurarnos de tener gente no solo competente sino con un nivel básico de compromiso y honradez en el manejo de los asuntos públicos.
Y el otro punto clave es el conocimiento de nuestro electorado, aquí también la mayoría de partidos de todas las tiendas políticas no tienen una idea clara de quienes son sus votantes.